Fatma Mehdi elegida Presidenta de la Comisión de Mujer y Género en el Consejo Económico, Social y Cultural de la Unión Africana



Por tercer día consecutivo continúan  los debates de la segunda sesión del  Consejo Económico Social y Cultural de África (ECOSOC) celebrada en El Cairo ( Egipto) .Las numerosas charlas y conferencias abarcan el desarrollo futuro del continente a través de la presentación y discusión de la estrategia de desarrollo de múltiples gráficos en las áreas de cambio climático, agricultura, infraestructura, transporte, teniendo en cuenta la agenda de la Unión Africana  marcada por  la Cumbre de los jefes para el año 2063.
En  La segunda  sesión  también se  elegirán a los presidentes de los Comités Especializados y el Comité de Acreditación del Consejo  ha elegido a Fatma Mehdi, Secretaria General de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis ( UNMS)  y  miembro del Secretariado Nacional del F. Polisario,  como Presidenta de la Comisión de Mujer y Género en el Consejo Económico, Social y Cultural de la Unión Africana.

La delegación saharaui compuesta por  Fatma Mehdi, Secretaria General de la UNMS y  Mohamed  Cheij  Habeeb, miembro del Secretariado Nacional, el Secretario General de la Unión General de  trabajadores  saharauis( UGTSARIO) mantuvieron encuentros  con el Sr. shilinki, Presidente del  Consejo Económico Social y Cultural de África y abordó el tema de la intención de la organización  Crans Montana  de organizar un Foro en la ciudad de Dajla ocupada a  mediados de marzo, el cual   expresó como Presidente del Consejo su condena a esta actitud  e instó a la  Junta Directiva  del Consejo a adoptar una posición clara  al respecto. La delegación saharaui  también tuvo varias reuniones  bilaterales con diversas organizaciones de la sociedad civil africana entre ellas Sudáfrica, Benin, Ghana,  Swazilandia, Sudán y  Togo entre otras.
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Venezuela reitera la solidaridad del pueblo y del gobierno venezolano con las justas aspiraciones del pueblo saharaui




 Entre desfiles escolares y folklóricos, se dieron hoy los actos de celebración del 39 Aniversario de la fundación del estado saharaui en la wilaya de Smara en presencia del Primer Ministro saharaui, el Sr. Abdelkader Taleb Omar, miembros del  Secretariado Nacional y del gobierno de esa nación, delegados extranjeros procedentes  de naciones amigas y una delegación procedente de las Zonas Ocupadas. 
En este importante evento, hizo uso de la palabra el Viceministro para Africa de la República Bolivariana de Venezuela, profesor Reinaldo Bolívar, quien reiteró la solidaridad del pueblo y gobierno venezolano con las justas aspiraciones del pueblo saharaui.  La delegación del país bolivariano fue luego recibida en audiencia por el Primer Ministro de la RASD, Sr. Abdelkader Taleb Omar y esta noche cenarán con el presidente del Consejo Nacional Saharaui, Sr. Jatri Aduh.
Importante es acotar además, que se clausuran dos importantes eventos que han tenido lugar en este territorio,la Conferencia Internacional de  Cultura y la XV edición del evento deportivo más importante en los campamentos de refugiados saharauis, el Sahara Maratón.
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La comunidad saharaui de Laudio muestra su cultura




Con motivo del 39º aniversario de la Declaración del Estado Saharaui, la asociación Etawasol de Laudio ha organizado una semana cultural para dar a conocer a la población su forma de vida, costumbres y la problemática que padece el pueblo saharaui.
.La programación incluye una exposición sobre las industrias tradicionales y el folclore saharaui que se podrá ver hasta el 28 de febrero en la kultur etxea y un ciclo de charlas que se abre mañana lunes con la presencia, a las 19.00 horas, de Lih Bairuk, delegado de la República Árabe Saharaui Democrática en Euskadi que hablará del derecho de autodeterminación y el Plan de Paz en Sahara Occidental.
La jornada vespertina del martes será especialmente intensa ya que se impartirán tres conferencias. A las 18.00 horas la activista de derechos humanos, Hassnna Alia, dará a conocer la realidad que se vive en los territorios ocupados y el papel de la intifada pacífica saharaui. Después, la poeta Fatma Algalia Mohamed Salem dará su visión sobre la cultura saharaui como fuente de identidad de su pueblo. Y por último la ponente Laura Soroeta explicará en qué consiste el movimiento internacional contra el muro de la vergüenza marroquí.
Fuente: rasdargentina
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ORÍGENES DE LA IDENTIDAD DEL PUEBLO SAHARAUI




Juan Carlos VELÁZQUEZ ELIZARRARÁS
Profesor Titular de Carrera e Investigador Nacional III
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
Universidad Nacional Autónoma de México

Resumen
A diferencia de otros temas de las relaciones internacionales y de la realidad política actual del Sahara Occidental, la última colonia en África, y de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), muy poco se ha investigado, publicado y difundido acerca de los orígenes y consolidación de la identidad del pueblo saharaui, por lo que en el presente artículo se propone plantear su análisis crítico con base en tres dimensiones precisas: la histórico-político-religiosa, la cultural y la institucional.

Abstract
Unlike other issues of international relations and current political reality of Western Sahara, the last colonial rule in Africa, and the Sahrawi Arab Democratic Republic (SADR), very little has been researched, published and disseminated about the origins and consolidation of the identity of the people Sahrawi, so in this article proposes to raise critical analysis based on three distinct dimentions: the historical-political-religious, the cultural an the institutional.

Sumario: Introducción. 1. La identidad saharaui emerge de las profundidades de la historia africana, el Islam y el sistema de organización tribal. 2. La cultura como principal vehículo de consolidación de la identidad del pueblo saharaui. 3. La Constitución Política y el Frente Polisario: factores esenciales para fortalecer la identidad social, la organización política y la negociación internacional en pos del Estado Saharaui. Reflexión final.

Introducción
Nuestro apoyo y simpatía por la causa del pueblo saharaui y su identidad africana a toda prueba ha tenido cuatro episodios relevantes. El primero, se remonta a los años ochenta del siglo anterior cuando se organizó con H. Embajada de la Embajada de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en México, un primer ciclo de conferencias para dar a conocer en la comunidad universitaria los fundamentos de su lucha libertaria. El segundo, cuando el actual Embajador de la RASD en México, su excelencia Ahmed Mulay Ali Hamadi, fue el conducto del Frente Polisario para invitarnos a participar en la Conferencia Mundial sobre Multilateralismo y Derecho Internacional: el Sahara Occidental un Estudio de Caso, que tuvo exitoso verificativo en la primera semana del mes de diciembre de 2008, en la República de Sudáfrica, gracias a la coordinación establecida entre el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, el Departamento de Asuntos Exteriores del país que vio nacer y morir a Nelson Mandela, la Universidad de Pretoria y la Universidad de Sudáfrica. El tercero, cuando en 2010 publicamos un libro sobre Política Comparada con un estudio completo sobre el sistema político actual de la RASD, mostrándolo al mundo como el resultado de la construcción política del último Estado africano colonizado y su lucha frente a los retos de su autodeterminación y reconocimiento internacional. Y el cuarto, meses después, en 2011, cuando se entregó personalmente un ejemplar de este texto al Presidente Mohamed Abdelaziz, invitado especial del entonces Presidente de México para participar en la ceremonia conmemorativa de los 201 años de nuestra independencia política. Ahora, en un quinto momento, se nos ha pedido presentar algunas líneas de reflexión en torno a los orígenes de la identidad del pueblo saharaui, las cuales pasaremos a exponer brevemente en la presente contribución.


Al hablar del Sahara Occidental, nos referimos al territorio que actualmente es la RASD situado en la parte noroccidental de África y abarca un área de 266,000 kilómetros cuadrados, que está limitado, al norte, por Marruecos con unos 500 km de fronteras; al noreste, por Argelia con 70 km de fronteras; al este y al sur, por Mauritania (1570 km de fronteras) y al oeste por el Océano Atlántico, con un litoral de 1,200 km de longitud. El problema del Sáhara Occidental se puede reducir a enunciados sencillos: los saharauis eran saharauis cuando no había españoles ni franceses; el pueblo saharaui tenía sus territorios naturales, que ocupaba a su modo nómada y seminómada; tenía sus tierras, sus cultivos, sus ganados, su comercio, su cosmovisión, su lengua, su identidad y cultura únicas. Todo eso era suyo antes de que Francia, España o Marruecos existieran como Estados. Por ello, no quepa duda, el territorio del Sahara Occidental pertenece solamente al pueblo saharaui, porque ahí se gesta su identidad intrínseca, social, espacial e histórica. En los tiempos precoloniales, y aun antes, los saharauis vivieron como una comunidad independiente y desarrollaron sus propias formas de expresión cultural y organizaciones sociopolíticas, siendo estos precisamente los elementos idiosincrásicos que conformaron el hecho diferencial de esta sociedad insigne –que recuerda al Kurdistán, el Estado sin fronteras—, durante incontables centurias.

Quienes los conocemos bien y sabemos de su pasado y su lucha presente, podemos constatar que los saharauis son célebres por ser una sociedad tolerante, digna, con identidad y vida propia, abierta y pacífica que nunca ha estado involucrada en ninguna forma de extremismo político o religioso. Los orígenes de la identidad del pueblo del Sahara son profundos, complejos y variados, perdiéndose en la noche de los tiempos y en los rincones aún inexplorados de la historia humana.[1]

Mucho se ha escrito, debatido y resuelto en el derecho internacional y en la política mundial de nuestros días acerca del derecho a la autodeterminación y a la independencia plena del pueblo saharaui para constituir un Estado libre y soberano, reconocido por todas las naciones del orbe. Pero muy poco se ha hablado y conocido acerca de los orígenes de su identidad, su cultura, sus valores y su cosmovisión árabe y africana. Por eso es relevante conocer, al menos en sus rasgos generales, esta dimensión sociológica de su existencia para agregarla a la valerosa y legítima resistencia de una sociedad admirable para lograr el anhelo que todos los pueblos de la tierra han compartido a lo largo de su devenir; y que es, justamente, la prerrogativa de decidir por sí mismos a partir de su identidad propia e indiscutible y a tener en sus manos la conducción de sus propios destinos, en armonía y cooperación con todos los Estados que buscan la edificación de un nuevo orden jurídico y político internacional, un estado de derecho mundial, donde cobren sentido y vida propia la paz y la seguridad común en el convulso sistema de relaciones internacionales que nos ha tocado vivir.

1. La identidad del pueblo saharaui emerge de las profundidades de la historia africana, el Islam y el sistema de organización tribal. 

Los saharauis son los habitantes genuinos y auténticos del Sahara Occidental. Su evocación remonta a un conjunto complejo de comunidades nómadas, cuyos ancestros paleolíticos y neolíticos lo son de todo el mundo y de África, la cuna de la humanidad. De las primeras migraciones que llegaron al norte de ese continente a nuestros días, no sólo se transformó la naturaleza sino también la historia. Terrenos fértiles convertidos en llanuras desérticas. Cazadores, pastores y recolectores transformados en tribus guerreras nómadas o seminómadas. Ríos humanos sin fin de comerciantes y esclavistas que por su conversión a la religiosidad igualitaria del Islam, se vuelven férreos defensores de la independencia, la soberanía y la dignidad de comunidades con pleno sentido de identidad nacional. La historia contemporánea de los saharauis invita a cualquier mente abierta a solidarizarse con quienes lucharon y continúan luchando por las causas de la libertad y de la justicia, cuya identidad y cultura original está fuera de toda duda pues son los elementos más poderosos para llevar a buen término, en un futuro no lejano, el logro de la emancipación real y la autonomía total.[2] 

El Sahara se ha venido desertificando poco a poco en las últimas centurias. Va quedando atrás aquella sabana fértil donde vivía toda la típica fauna africana. Infinidad de vestigios arqueológicos de época mesolítico-neolítica dan cuenta de su existencia y de su interacción con las viejas poblaciones humanas. En la parte occidental del Sahara, al noreste de la RASD, en la cordillera de Zemmur, cerca de la ciudad de Tifariti, en el territorio liberado y controlado por el gobierno saharaui, a pocos kilómetros de la zona hoy ocupada por las tropas de Marruecos, existen unas rocas calcáreas alrededor de un antiguo lago prehistórico, con grabados que dan cuenta de ello. Pero poco se sabe de las poblaciones nómadas recolectoras y cazadores que dejaron estas muestras y guijarros tallados, hachas de mano de dos caras, puntas de flechas y otros artefactos y que sin duda fueron antecesores primigenios de los actuales pobladores de ese espacio vital que ahora nos ocupa.

En épocas mucho más recientes, las migraciones crecieron en número y pueblos no autóctonos aparecieron en la región, provenientes del extremo norte de África, de Asia y aun del África subsahariana. Hace unos treinta siglos los sanhaja, antecesores de los diversos pueblos beréberes que vivieron y viven en todo el Mediterráneo, bajaron del norte al noroeste de África y se mezclaron con la población autóctona dispersa durante la desecación del Sahara, así como con otros pueblos previos a los beréberes como los gétulos y los lamtas. En el año 500 a.C. Hannon de Cartago recorrió las costas del África occidental, reportó la presencia de nómadas que apacentaban su ganado en la costa, mucho antes de encontrar los grandes ríos de Senegal y Gambia. Los cartagineses establecieron buenas relaciones, y se sirvieron de ellos como guías e intérpretes. Los sanhaja cambiaron de manera más permanente el medio ambiente sahariano. Cuando el suelo del desierto empezó a dar escasos frutos para la manutención de los caballos, hace unos veinte siglos, trajeron a la región el dromedario, ese camello de una sola joroba con el que controlaron todo el desierto, convirtiéndose en los dominadores de las travesías transaharianas. Las guerras tribales para el control de las rutas del norte al sur del Sahara, llevaron a los sanhaja a aliarse con otros beréberes y a establecer complejas relaciones comerciales con los pueblos dominadores de los beréberes del norte, fueran éstos de su mismo origen, como los cartagineses, o colonizadores de zonas alejadas, como los griegos, los fenicios, los romanos y, finalmente, en el siglo IV, los vándalos.

En el siglo VII de la era cristiana comienza la islamización del Sahara, un hecho fundamental para la historia de la humanidad, y en particular del Mediterráneo, ya que separó el proceso conjunto de sus dos orillas de África del norte y de Europa y empujó la cultura de la orilla meridional hacia Asia más que hacia Europa. En 640, sólo ocho años después de la muerte del profeta Mahoma, los árabes convertidos a una religión monoteísta e igualitaria, beduinos del desierto montados sobre caballos ligeros, deshicieron todas las caballerías pesadas del mundo antiguo: penetraron en Egipto al mando del califa Omar, derrotaron a los bizantinos en Siria, conquistaron Mesopotamia y se dirigieron contra Persia. En 683 destruyeron Cartago e iniciaron una compleja conversión de los beréberes. Treinta años después cruzaron el canal de Gibraltar, llegando hasta Francia con un ejército de beréberes e hispanos conversos. No obstante, en 734, enojados por la resistencia a la islamización y arabización del desierto, los califas Omeyas enviaron una expedición hacia Sudán, donde obtuvieron un enorme botín en oro y personas esclavizadas, aunque les fuera imposible establecerse. En un principio no todos los beréberes fueron propicios a la conversión al Islam. No obstante, los sanhaja y los lemtas lo hicieron relativamente pronto, lo cual les permitió dirigir la formación de una confederación de tribus con la cual consolidaron el reino de Audaghost que dominó los caminos de Marruecos a Senegal.[3] 

A lo largo del siglo XII, establecieron una convivencia relativamente pacífica y se distribuyeron las zonas de pastoreo con las tribus beduinas de los Benin Hilad, que provenían del desierto arábigo y habían sido enviados por los soberanos fatimitas para la arabización y control de los beréberes, y en los siglos XIII y XIV con los Benin Maquila y los Benin Hassan, beduinos provenientes de Yemen, que ocuparon el Sahara sometiendo otros pueblos y con los cuales los sanhaja establecieron relaciones complejas y acabaron por fusionarse, generando durante este proceso la lengua nacional del Sahara Occidental y Mauritania, el hassaní resultado de la superposición del árabe clásico sobre las lenguas beréberes autóctonas. Aquí, en la lengua, está el origen moderno de la identidad saharaui.

Pero el sistema tribal habrá de jugar un papel esencial en el proceso de conformación de esta compleja identidad: el sistema tribal. El hecho de que el fenómeno nacionalista, que va a surgir a partir de fines de los años sesentas, y los acontecimientos de los años sucesivos han llevado a los saharauis a borrar, por lo menos aparentemente, las diferenciaciones tribales, no debe soslayar que la población saharaui se ha estratificado hasta un pasado muy reciente en diferentes tribus, con características jerárquicas propias, que han condicionado sobremanera la vida de los individuos, aunque no la identidad, pues el saharaui, casi en su totalidad, conoce perfectamente sus ascendientes hasta épocas remotas, principalmente si se trata  de una tribu de raigambre, lo cual se ve posibilitado y encaminado por el modo semítico de nominarse, forma en la que no existen los apellidos, sino el nombre propio, hijo de (uld, plural ulad), a su vez hijo de (y así sucesivamente). Para la mujer se emplea el término mint, pero su ascendencia no interviene en la nominación. Este sistema  de identificación exacta de sus antepasados a lo largo de las generaciones, junto con el conocimiento de su raíz étnica, les ha llevado a una distribución en grupos de tribus con características propias. 

Son varios grupos tribales saharauis históricos pero son tres los principales. En primer lugar, los arab, descendientes con más o menos pureza de los árabes Maquil, los invasores del desierto procedentes de Arabia y del norte de África, que se mezclaron en diferentes proporciones con los beréberes nómadas en los siglos XIII-XV. Obligados a luchar en un país que les era hostil, son personas de tradición guerrera, los hombres del fusil, “ahel mdafa”, combatientes con características de violencia y orgullo. Vienen después los chorfa (plural de cherif), descendientes de Mahoma y, por tanto, de linaje santo, hasta cuyo nombre puede remontar su ascendencia un saharaui de reconocido prestigio. Estas tribus tienen un antepasado fundador que llega al Sahara en circunstancias milagrosas; mantienen dedicados a las cuestiones político-religiosas, equiparándose a los arab, puesto que también empuñan las armas con frecuencia. Los zuaia, “ahel ktub”, gente de libros, son hombre que renunciaron a la defensa, letrados y jurisconsultos de prestigio y expertos en materia coránica, dedicados también a la enseñanza.[4]

Durante siglos el acompañamiento de pueblos distintos dio lugar a organizaciones y agrupaciones tribales, jerárquicamente estructuradas, que han llegado hasta la fundación de la República Árabe Saharaui Democrática, que hoy reivindica una forma de organización social más igualitaria y participativa. La estructura tribal permitió a los habitantes del Sahara entrar en contacto con los europeos que empezaron a navegar por las costas atlánticas en el siglo XV sin perder el control del territorio ni plegarse a sus formas de vida, manteniéndose siempre en actitud defensiva frente a ellos. No obstante, no contribuyó al surgimiento de un sentimiento nacional, pues mantuvo desunidas por siglos las tribus, los linajes, sus subsiguientes efjad (fracciones), afrá (subfracciones) y los frigs, es decir los conjuntos de tiendas (jaimas), o campamentos, de familias pertenecientes a un mismo linaje. De hecho, las fronteras nacionales de los países de África del Norte, y entre ellos obviamente de la RASD, no corresponden a la ubicación de un territorio que un pueblo consideraba propio, sino a la imposición de fronteras coloniales que separaron familias, tribus y ecosistemas, según las necesidades de los invasores. 

El sistema tribal, que sobrevivió a la invasión española del Sahara occidental en 1884, consintió a las tribus del Sahara vivir de la ganadería nómada y de las actividades complementarias del comercio y algunas formas de agricultura, antes que plegarse al comercio de personas para los portugueses y españoles durante los siglos XVI-XIX. Las sociedades tradicionales del Sahara eran sociedades claramente estratificadas, en las cuales la genealogía de una persona tenía una función social pragmática, pues la vinculaba a una categoría de prestigio, religiosa e intelectual. En otras palabras, la genealogía de una persona lo ubicaba en un linaje de descendencia masculina, considerado como una unidad social y jurídica a la que pertenecía por completo y con la cual tenía un vínculo casi absoluto de solidaridad. Los que pertenecían al mismo linaje se conocían entre sí como “hijos del tío paterno”. El linaje y la tribu estaban íntimamente ligados, llegando a confundirse. Toda tribu tiene sus fracciones (efjad), cuyo origen es más bien incierto. Todas las personas deben saber el nombre de siete antepasados masculinos suyos, para establecer el grado de parentesco y, por ende, de solidaridad al interior de un grupo. Remontándose a siete generaciones es casi imposible llegar al fundador de una tribu, sobre todo de las más numerosas y distinguidas, pero es probable que se llegue al iniciador de una fracción de bastante importancia a su interior.[5] De tal manera, hombres y mujeres en el Sahara formaban necesariamente parte de una tribu, de las cientos que se fueron conformando desde los siglos XI-XII de las sucesivas divisiones de las tres principales.

Por otra parte, un aspecto nodal de la integración de la identidad saharaui lo representa la enseñanza en forma escolarizada. Hay consenso en reconocer que la escuela llegó a la sociedad saharaui con el Islam, ya que la formación religiosa requiere de la capacidad de lectura y escritura del árabe. En todos los grandes campamentos había una escuela coránica y se emplazaba un zriba, esto es, unas ramas dispuestas sobre la arena que representaban los muros de una mezquita al aire libre. En estas escuelas se transmitían los saberes ortodoxos de la teología y el derecho islámico y se insistía en los valores religiosos del respeto y la obediencia. La memoria jugaba un gran papel en la escuela coránica, así como la habilidad de revertir las creencias populares esotéricas y encauzar las predicaciones de los místicos. A las escuelas coránicas entraban los niños a partir de los siete años, habiendo recibido junto con sus hermanas una formación moral y religiosa a través de canciones, juegos, proverbios, adivinanzas en las que se entremezclaban lo religioso y lo mágico, las recitaciones de la vida del profeta y las leyendas tribales, juegos de memoria y prácticas rituales.

El gran reconocimiento que gozaban las mujeres en las tribus se sustentaba en la conciencia social de que su trabajo es muy pesado y necesario para la vida de la comunidad. La educación de las niñas no implicaba la prohibición de la enseñanza de la lecto-escritura, sino un mayor énfasis en las tareas consideradas propias de su condición y que implican una gran especialización. La solidaridad femenina es considerada fundamental para la transmisión de la cultura saharaui, el reforzamiento constante de la identidad social y la posibilidad de mantener cohesionada la familia misma. A esta solidaridad, conocida como tuiza, se debe la facilidad con que colectivamente las mujeres saharauis son capaces de enfrentar trabajos pesados o completamente nuevos sin perder sus tradiciones, así como pasarse informaciones vitales, debatir acerca de su condición, tomar decisiones colectivas sobre educación y participación política, y finalmente incidir sobre las decisiones de la tribu y, en la actualidad, sobre la política de los órganos de gobierno de la RASD.[6]

En todas las escuelas hay maestros y maestras preparadas, con una sólida identidad saharaui;  administradores y administradoras; igualmente se gradúan cientos de mujeres y hombres en todos los campos. Es cierto que actualmente todavía un cinco por ciento de la población es analfabeta, pero en pocos años más la población estará totalmente alfabetizada. En los campamentos la educación es obligatoria hasta sexto; y en el nivel de educación media superior todos los jóvenes saharauis están estudiando. En un viaje reciente observamos que cada vez más niños estudian en Libia, en Argelia o en Cuba. Todos tienen derecho a estudiar hasta la preparatoria. Todos tienen derecho a terminarla y el Estado tiene la obligación de buscarles una beca para que realicen estudios universitarios.

2. La cultura como principal vehículo de consolidación de la identidad del pueblo saharaui

Debido a la forma de vida beduina y nómada que ha tenido el pueblo saharaui desde tiempos inmemoriales, la tradición oral en el Sahara Occidental viene a representar el eje fundamental de la cultura, la comunicación y la estabilidad social, en esencia porque la sociedad se ha caracterizado desde sus orígenes por el  nomadeo y por tanto el establecimiento de las tribus en un solo lugar era imposible, de aquí que la palabra se convirtiera en lo más importante ya que por medio de ésta se llegaba a solucionar problemas, realizar pactos y también condenar actos indebidos. Entre los pueblos que dependen de la tradición oral, la palabra es uno de los símbolos que mayor significado tiene, pues, está ligada al origen y fin de las cosas, a su manejo, a su creación, pero también a su destrucción. La memoria oral tiene la función de enseñar y de entretener en un mundo donde la frontera entre el ser humano, los animales y la naturaleza es difusa. Hacer uso de la palabra es fruto de un aprendizaje, no sólo se habla por hablar, en la medida en que la palabra crea o destruye es necesario saber utilizarla.[7] 

La cultura es una vía básica para la promoción y conservación de la identidad de este insigne pueblo. Por ello, el Ministerio de Cultura es uno de los componentes más importantes y recientes del gobierno de la RASD. Al sopesar las grandes tareas y objetivos que corresponde cubrir a la cultura, independientemente de la información y la educación, se decidió actuar institucionalmente al respecto. El saharaui es un pueblo que en esta lucha por la cultura y por la identidad lleva décadas y aun centurias. Durante la colonia española, se impuso la pregunta existencial si eran españoles o saharauis. Luego con la invasión de Mauritania y Marruecos, se cuestionó si eran saharauis o la mitad marroquíes y la otra mitad mauritanos? Y ahora en la lucha contra Marruecos, son marroquíes o saharauis? Son interrogantes que ponen a prueba la identidad nacional, a las que únicamente la cultura puede dar respuesta, porque puede enseñar al pueblo mismo, y a todas las naciones, que su lucha se sostiene en una identidad saharaui que es, a la vez, ancestral y presente.[8]

Uno de los objetivos más relevantes del Ministerio es mantener, preservar esa identidad, a través del cuidado y defensa de la cultura saharaui. Más aún, cultivarla en las nuevas generaciones para que en el exilio y en la diáspora forzada no se desarraiguen de su historia. También se busca recoger las expresiones de esa identidad y esa cultura, su patrimonio cultural, pues se trata de una sociedad beduina y toda su historia y literatura es oral; por eso se afirma que un anciano que se muere es una biblioteca que se pierde. El objetivo es recoger sus historias. Los saharauis sólo han tenido una biblioteca importante en Smara, pero fue destruida por los franceses en su intervención de 1912; ahora el esfuerzo se encamina a recapitular, recoger y guardar la memoria y el patrimonio del pueblo saharaui. Hay otro objetivo fundamental por el que se trabaja: motivar a la juventud, para que arraigándola en lo que se habla y se recopila, la próxima generación pueda hacer en su lengua, en su historia, en su patrimonio, mucha poesía, cuentos y narraciones. Es un trabajo muy especial, encaminado a los futuros adultos que no conocen su tierra porque han nacido en el exilio. Se busca también entender que la cultura debe ser ese enlace, esa vía única mediante la cual se logra el acercamiento a la otredad, a las otras concepciones del hombre y del mundo. Es una verdadera filosofía de la propia identidad, para cuya consolidación el pueblo saharaui busca hacer inter-cultura entre los pueblos, manteniendo lo propio y respetando lo extraño, buscando los factores comunes. Por eso el saharaui comprende que cuando el otro no está de acuerdo con él, tiene que entender su manera de desarrollarse, de ver la vida y la cultura en las similitudes y en las diferencias.[9] 

Y en la lógica de lo disruptivo-social que irrumpe en la identidad popular, cabe enfatizar que, contra lo que llegara a pensarse, hay una distancia muy grande entre la cultura marroquí y la saharaui. Primeramente, la organización social marroquí es completamente diferente a la de la sociedad saharaui en términos orgánicos y estructurales. El pueblo saharaui tiene una forma común de hablar el árabe, el dialecto hassaní, con el que se comunica, relata sus vivencias y hace poesía, amén de que tiene por herencia colonial la lengua castellana que lo hace una comunidad bilingüe; en tanto que en Marruecos viven muchos pueblos y tribus beréberes que hablan sus propias lenguas y dialectos. En la vestimenta también se notan las diferencias y no se diga en la cocina y en la vivienda. Las mujeres saharauis no usan el velo que cubre la cara. En la vida cotidiana y en las relaciones, la diferencia es también muy grande. La situación de la familia, la posición social de la mujer y el respecto a los derechos humanos al interior de ambas sociedades son también marcadamente disímbolos. Un hombre saharaui nunca va a ejercer violencia contra una mujer; en cambio, si un hombre marroquí no lo hace así, ésta llega a interpretarlo como desinterés, desapego o falta de compromiso marital. 

Entre los saharauis, la mujer puede recibir todos los invitados que llegan a su tienda, hombres y mujeres; les preparan comida, conversan, les ofrecen un té. Por el contrario, las marroquíes no pueden abrir la puerta de su casa a nadie, si no se encuentra el esposo. A una mujer divorciada en Marruecos le sobreviene una vida de fracaso, vive prácticamente fuera de la sociedad, marginada; en cambio, en la sociedad saharaui, una mujer divorciada tiene más posibilidades de casarse nuevamente y de manera relativamente rápida. Esto es, los prejuicios sociales y la ‘presión social difusa’ –según expresión del francés Duverger— son también opuestos.[10]

Hay múltiples causas de las diferencias culturales con el resto de la cultura árabe. Ahí radica parte de la esencia de la identidad del pueblo saharaui, aunque hay que reconocer lo complicado que resulta comprender la individualización de su cultura. También es cierto que, al margen de las naturales diferencias, se observa una cierta cercanía con la cultura mauritana: hay tradiciones semejantes, ambos pueblos hablan hassaní, visten de la misma manera, comparten la música ‘haul’ (prohibida en los territorios ocupados); pero también hay distinciones importantes. Por ejemplo, cuando una mujer mauritana tiene una cierta cantidad de dinero disponible, intenta contratar a una trabajadora para las labores domésticas, aunque no le quede para cubrir otras necesidades básicas; esta tendencia a deshacerse del trabajo no existe entre las saharauis, que tienen impresa la cultura del trabajo y adquieren conciencia de la importancia de producir y que su valor radica en lo hacen porque les da importancia y ascendencia en la sociedad e incluso en el trabajo político.[11] Buscando los orígenes de esta muestra de la identidad saharaui y que le da a su cultura un carácter único, se puede encontrar que está relacionado con la defensa que los primeros pobladores de esta región tuvieron que emprender para no ser sometidos por los pueblos vecinos; así se construyó una sociedad cerrada en sí misma, endogámica, para salvarse del mestizaje a que la querían obligar. Esta situación de defensa celosa se mantuvo por mucho tiempo y es relevante en la conformación de la identidad hasta nuestros días.

Parafraseando a la autora Francesca Gargallo, cuando retoma las ideas de Miriam Hmada, Ministra saharaui, la cultura saharaui enfrenta grandes desafíos para mantener sus rasgos de identificación original, como los que se están produciendo con los avances de la comunicación, el internet, el desarrollo tecnológico, las relaciones internacionales complejas y omnidireccionales, la intensificación del tráfico de mercancías, la televisión, el cine,  la telefonía celular, la expansión de ideas, los valores artísticos, las normas de comportamiento social entre los individuos, la problemática ambiental común, la multipolaridad y los procesos globales propios del paradigma moderno de la sociedad de la información y del conocimiento.

De ahí que el sistema educativo tenga bien claro que el uso de los medios de comunicación masiva por parte de grandes potencias y lobbies como instrumentos del cambio cultural les convierte en los vehículos responsables de la implantación de la cultura del consumismo y la construcción del egoísmo y la avaricia (propia del neoliberalismo a ultranza) y por ende a la  ruptura del tejido social, lo que presenta un reto fundamental de la dimensión cultural en esa zona. Por estos y otros rasgos de la identidad social y los retos que se le presentan, es también que el saharaui llega a sentirse más cercano a las naciones latinoamericanas, como México, que a los propios países árabes. En primer término, como ya se dijo, porque la lengua española remite a una historia común de colonialismo; y en segundo, en virtud de que la mayoría de los países árabes han apoyado más al régimen marroquí que a la justa causa saharaui.[12]

Otros aspectos culturales importantes que le dan identidad original y solidez al tejido social saharaui, lo constituyen el baile, el culto a la tercera edad y la preservación del patrimonio histórico y cultural. En la sociedad saharaui se baila, bien y variado y con mucha frecuencia, pero siempre con respeto hacia los mayores, el cual llega a ser tan grande que aun en el Parlamento existe una sección reservada únicamente a ellos. Para un joven es muy vergonzoso fumar delante de un anciano, aunque sea un desconocido; incluso mirarlo de frente es signo de mala educación. A los ancianos, se les escucha, se les consulta, se les pide opinión para la toma de decisiones y, por lo general, se siguen al pie sus orientaciones, pero no por ello se puede hablar de una gerontocracia prevaleciente e inamovible en el sistema político, como ocurre en las teocracias y monarquías árabes, con escasa movilidad política y poca incorporación de jóvenes, lo cual sí es habitual en la sociedad saharaui de nuestro tiempo. Por su parte, se dispone de un gran patrimonio arqueológico y artesanal y se está trabajando para que algunas universidades, museos e instituciones internacionales coadyuven de varias maneras en su protección y conservación. 

Por su parte, multitud de artistas, académicos e intelectuales han aportado su esfuerzo solidario en las diferentes campañas. De veinte años a la fecha, equipos de arqueólogos y antropólogos de diferentes universidades desarrollan trabajos de campo en yacimientos rupestres de los territorios liberados del Sáhara Occidental. Ha sido posible asimismo la creación del Museo Nacional Saharaui y en los últimos años la sociedad civil española, no los gobiernos, ha colaborado en la publicación de poesía saharaui contemporánea escrita en español, que no es sólo herencia sino también una de las expresiones actuales de la identidad cultural saharaui, y muestra al pueblo saharaui como el único pueblo árabe y africano hispanoparlante. Los colectivos Generación de la Amistad y Poemario por un Sáhara Libre tienen mucho que ver en ello. La producción y el lanzamiento por empresas privadas y solidarias de discos de música saharaui al mercado musical promueve la cultura saharaui a nivel mundial como una labor de protección y difusión de su patrimonio musical tradicional. Y sea aquí nuestro reconocimiento a esa gran difusora de la cultura musical saharaui que es Aziza Brahim, a quien conocimos personalmente en la República de Sudáfrica en 2008 y a quien hemos calificado como “El canto libertario de la mujer saharaui”.


Para finalizar este apartado, considérese la importancia que tiene para el pueblo saharaui el constituir una comunidad africana hispanoparlante plenamente identificada. La razón por la que el habla del Sahara se llama “hassania” es que la mayoría de los árabes que llegaron allí eran descendientes de Hassan ben Abdelhadi ben Yafar ben Abi Taleb, pariente de Alí, el yerno de Mahoma. El hassania, en el idioma común, la del guerrero por antonomasia, de ascendencia árabe y linaje descendiente del Profeta Mahoma. Empero, a pesar de esta razón histórico-mítica muy difusa entre los saharauis (que demuestra el éxito en términos culturales de la arabización del Sahara organizada por los fatimitas), el hassania es una lengua sanhaja-árabe, que hablan todas las tribus del Sahara Occidental y Mauritania. El sustrato y la estructura de la lengua es berébere, y sobre él se ha montado el árabe clásico; asimismo, tiene importantes elementos de las lenguas occidentales con las que los saharianos entraron en contacto, principalmente el español en el Sahara Occidental y el francés en el suroeste de Argelia y en Mauritania. Como lo señala Hash Ahmed  recordando al poeta mexicano Octavio Paz, el idioma español no pertenece a nadie en especial sino que es patrimonio de todos los pueblos que lo hablan como el saharaui y que de hecho se ha convertido en un elemento esencial de la identidad nacional, sumado a infinidad de conductas, costumbres y valores sociales propios, que delimitan claramente a la sociedades saharaui de todas sus vecinas árabe-africanas.

Por ello, se hace énfasis en la no casualidad de que Marruecos, en sus repetidos intentos anexionistas no haya escatimado recursos para eliminar el idioma español y erradicar su enseñanza, así como cualquier referencia a la hispanidad en el Sahara Occidental, sustituyéndola por un afrancesamiento forzado que se expresa en nombres de calles, ciudades y la capital misma. Y España, la potencia colonial, desentendida de su responsabilidad histórica, poco o nada ha hecho para preservar el lenguaje patrimonial que ella misma creó y heredó, condenándolo a una extinción que solamente ha podido ser revertida, exitosamente, por la voluntad política y social de los saharauis que lo han declarado segundo idioma oficial de su Estado emancipado.[13]

3. La Constitución Política y el Frente Polisario: factores esenciales para fortalecer la identidad social, la organización política y la negociación internacional en pos del Estado Saharaui

En cuanto se proclamó la RASD, ésta se dotó de un gobierno (el 3 de marzo de 1976). El congreso nacional del Frente Polisario, en agosto de 1976 (primer congreso nacional tras el nacimiento del Estado saharaui) eligió por unanimidad a Mohamed Abdelaziz Secretario Nacional del Frente Polisario. La RASD dispuso, por primera vez, de una constitución, que está pensada y redactada sobre la base de las características principales de la sociedad saharaui, heredadas del pasado: el espíritu de comunidad que parece predominar todavía en todos los actos de la vida cotidiana (solidaridad entre todos los miembros del pueblo que favorece la puesta en común de los recursos disponibles), la naturaleza civil de la sociedad (el pueblo saharaui se adhiere a los valores del pacifismo, de la legalidad y de la primacía de lo social, aunque se ve forzado a utilizar las armas para defenderse) y la orientación igualitarista que se manifiesta en todos los niveles y en todos los sectores del servicio público (alfabetización, comunicación, escolarización, salud, educación, formación, actividades económicas, etc.).[14]

Desde 1976, la RASD ha conservado la misma Constitución, aportándole, a cada congreso nacional del Frente Polisario, algunas modificaciones más o menos importantes, dictadas por las circunstancias como una exigencia para la buena gestión de la lucha de liberación nacional. En su preámbulo, la Constitución subraya el triple carácter árabe, africano y musulmán del pueblo saharaui, el fundamento de su identidad única, así como su resistencia secular anticolonial de ayer y de hoy para defender su libertad, su caracterización y su dignidad. El preámbulo indica luego la voluntad del pueblo saharaui de proseguir su combate libertador hasta el logro de la soberanía de la RASD en la totalidad de su territorio nacional; su adhesión a los principios de la justicia y de la democracia enunciados en la declaración universal de los derechos del hombre y de los pueblos del 28 de junio de 1981; su convicción de que la libertad y la dignidad del hombre sólo son posibles en una sociedad en la cual el derecho es soberano; su determinación a poner en pie instituciones que garantizan las libertades fundamentales y los derechos políticos, económicos y sociales del ciudadano, los derechos relativos a la familia como célula fundamental de la sociedad; su compromiso por trabajar para la edificación del Gran Magreb, de la Unidad Africana, de la unidad de la nación árabe y el establecimiento de relaciones internacionales sobre la base de la cooperación, la concordia, el respeto mutuo y la instauración de la paz en el mundo.

En suma, la Constitución de la República saharaui refleja la voluntad de adoptar como fundamentos los principios de la separación de los poderes, la democracia, las libertades individuales, el respeto de los derechos del hombre, la independencia de la justicia, la libertad de expresión, la garantía de la propiedad privada, la protección de la familia, entre otros más. Está escrita sobre la base de la experiencia política, de las tradiciones y de las costumbres, así como de los antecedentes ocurridos antes, durante y después de la colonización. Adoptada, y enmendada, por el congreso nacional del Frente Polisario, la Constitución saharaui sigue, pues, imperfecta y no definitiva, mientras no haya sido sometida a la ratificación del pueblo en su conjunto. Por consiguiente, tiene carácter provisional hasta el restablecimiento de la RASD en su territorio.

Por lo que concierne al Frente Polisario, éste es el medio (supremo) del pueblo saharaui para llevar a cabo su marcha histórica, mientras que la RASD constituye el marco en el cual el pueblo saharaui realiza el objetivo de su evolución. A nivel del Frente Polisario, el poder político va de la base (célula) hasta la cumbre (Secretaría Nacional), mientras que en la RASD, el poder administrativo va de la cumbre (Presidente) hasta la base (comités). El congreso nacional, el Secretario General, la Secretaría Nacional, son los órganos de dirección del Frente Polisario, cuya organización política básica se compone de células, secciones y departamentos. Legalmente, la Secretaría Nacional es la depositaria del poder político. Sus miembros son elegidos (democráticamente) por los representantes del pueblo reunidos en el congreso nacional. Mientras que los congresos locales y provinciales (administrativos) se celebran cada año para evaluar la gestión general y elegir a los alcaldes, las conferencias políticas que se celebran cada dieciocho meses son el marco para la elección de los miembros del CNS (diputados) y el congreso nacional (político y administrativo) se reúne cada tres años para la elección de los órganos de dirección y para definir las orientaciones y la política general. Una vez definidas, éstas no se deben discutir, pero las modalidades de su aplicación sí son discutibles.[15]

La estructuración actual (Secretario General, Secretaría Nacional) ha sustituido la del Secretario General con el Comité Ejecutivo y el buró Político, abandonada durante el Octavo congreso nacional del Frente Polisario (1991) a causa del comportamiento abusivo de algunos miembros que transformaron el Comité Ejecutivo en una clase de oligarquía instalada a la cabeza del Frente Polisario y de la RASD. En los años setenta del siglo pasado, existían dos proyectos nacionalistas opuestos: uno, en el que la joven elite (esencialmente los estudiantes) encarnaba la corriente anticolonialista y fundó más tarde el Frente Polisario, y el otro, formado por los representantes saharauis de la administración colonial y los jefes tradicionales (el Partido de la Unión Saharaui, PUNS, constituido sobre una base tribal). Muy pronto, el Frente Polisario ganó la confianza de casi toda la población. El PUNS, por su parte, acabó viviendo sus últimos días en Marruecos. Hoy se distinguen objetivamente dos corrientes de opinión dominantes, dentro del Frente Polisario. La primera, da la primacía a la RASD como culminación de la lucha del pueblo saharaui y considera que el Frente Polisario es el instrumento con el cual los saharauis deben alcanzar este objetivo. Esta corriente privilegia generalmente el arreglo del conflicto entre el Sahara y Marruecos por la vía diplomática. La segunda, estima al contrario, que el Frente Polisario, en calidad de movimiento de liberación nacional, es prioritario y que la RASD no es más que un instrumento en las manos de los saharauis para alcanzar el objetivo final, a saber, la liberación de la nación, incluso a través de la lucha armada.[16]

Es más que evidente que en este debate, más filosófico que político, la divergencia entre estas dos corrientes se nota exclusivamente al nivel de la concepción de los métodos de lucha y no al nivel de la finalidad de la lucha llevada por el pueblo saharaui. No se olvide esta premisa. El Frente Polisario no es un partido, ya que representa al pueblo entero; no es una máquina gubernamental, ya que incluye a los gobernantes y a los gobernados. Es un frente nacional. Oficialmente es el partido del pueblo, y de todo el pueblo, y es parte de su identidad. Ha superado a todos sus rivales, y se ha identificado con toda la sociedad, por eso es un elemento infaltable en el robustecimiento de la identidad del pueblo saharaui. Es la forma superior de organización política de un pueblo insigne en su lucha nacional para liberar totalmente y definitivamente el territorio de la RASD de la ocupación extranjera y para edificar una sociedad democrática moderna.

Reflexión final
Ha sido hasta una época relativamente reciente que se ha planteado, discutido y escrito en distintos escenarios políticos nacionales e internacionales, sobre la realidad y la problemática que identifica al  Sahara Occidental, antes Sahara español. Particularmente se ha centrado el debate en las acciones y resoluciones de las Naciones Unidas, emitidas con base en el derecho internacional y en la política mundial, para determinar el derecho a la autodeterminación y a la independencia plena del pueblo saharaui para constituir un Estado libre y soberano, reconocido por todas las naciones del orbe. Empero, muy poco, o casi nada, se ha hablado y conocido acerca de su historia, de su sentir, de los orígenes de su identidad, su cultura, sus valores y su cosmovisión árabe y africana. Por eso estas breves notas nos han permitido conocer, al menos en sus rasgos generales, esta dimensión sociológica de su existencia para agregarla a la valerosa y legítima resistencia de una sociedad admirable para lograr el anhelo que todos los pueblos de la tierra han compartido a lo largo de su devenir; y que es, justamente, la prerrogativa de decidir por sí mismos a partir de su identidad propia e indiscutible y a tener en sus manos la conducción de sus propios destinos. Para tal efecto, se propusieron tres parámetros para centrar el análisis: primero, el origen de la identidad del pueblo saharaui localizado en la historia africana, el islam, el sistema tribal y la colonización; segundo, la cultura como principal vehículo de consolidación de la identidad del pueblo saharaui; y, tercero, la Constitución Política y el Frente Polisario, como factores esenciales del afianzamiento y divulgación internacional de la identidad nacional.

Fuentes de Consulta:

ARTS, Karin y PINTO LEITE, Pedro (Eds.), International Law and the question of Western Sahara, La Haya, Países Bajos, 2006.

GARGALLO, Francesca, Saharauis. La sonrisa del sol, Editorial Corte y Confección, México, 2014.

BADIE, Bertrand y HERMET, Guy, Política Comparada, Fondo de Cultura Económica, México, 1993.

Coloquio de los Juristas sobre el Sahara Occidental, Asamblea Nacional, L’Harmattan, 2001.

DE FROBERVILLE, Martine, Sahara Occidental. La confiance perdue, Editions L’Harmattan, París, Francia, 1996.

DIEGO AGUIRRE, José Ramón, Historia del Sahara Español, Madrid, 1979.

DUVERGER, Maurice, Instituciones políticas y derecho constitucional, Ariel, España, 1969.

HASH, Ahmed, “El español como espacio de encuentro con comunidades hispanoparlantes. Su impacto político”, Conferencia magistral, Embajada de la RASD en México, 2009.

Información transmitida por Aminetu Haidar, en conversación informal sostenida con el autor, Embajada de la RASD en Sudáfrica, Pretoria, 6 de diciembre de 2008.

MULAY ALI HAMADI, Ahmed, “Oralidad en la Sociedad Saharaui”, Ponencia presentada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM,, México, 2009.

ROJAS ORTÍZ, Monserrat, La proscripción del mantenimiento de colonias y territorios no autónomos, Tesis de Licenciatura en Relaciones Internacionales, México, FCPS, UNAM, 2010.

SAYEH, Ismail, Les Sahraouis, Ediciones L’Harmattan, París, Francia, 1998.

VELÁZQUEZ ELIZARRARÁS, Juan Carlos, “Los derechos humanos fundamentales en el Sahara Occidental. Una visión de Relaciones Internacionales”, Ponencia presentada en Conferencia Mundial sobre Multilateralismo y Derecho Internacional: el Sahara Occidental un Estudio de Caso, Universidad de Pretoria, Pretoria, Sudáfrica, 2008.

VELÁZQUEZ ELIZARRARÁS, Juan Carlos, La Política Comparada ante las Grandes Pugnas Modélicas, UNAM, México, 2010.

VELÁZQUEZ ELIZARRARÁS, Juan Carlos, El Estudio de Caso en las Relaciones Jurídicas Internacionales, UNAM, México, 2007.


[1] ARTS, Karin y PINTO LEITE, Pedro (Eds.), International Law and the question of Western Sahara, La Haya, Países Bajos, 2006. Consúltese en la Sección I el trabajo de Toby Shelley, Resistance and Colonilism:Building the Saharawi Identity, pp. 31 a 36.

[2] GARGALLO, Francesca, Saharauis. La sonrisa del sol, Editorial Corte y Confección, México, 2014, pp. 5 y 6.

[3] SAYEH, Ismail, Les Sahraouis, Ediciones L’Haramattan, París, Francia, 1998, pp. 56 y ss.

[4] DIEGO AGUIRRE, José Ramón, Historia del Sahara Español, Madrid, 1979, pp. 501-503.

[5] ROJAS ORTÍZ, Monserrat, La proscripción del mantenimiento de colonias y territorios no autónomos, Tesis de Licenciatura en Relaciones Internacionales, México, FCPS, UNAM, 2010.

[6] Gargallo, Francesca, op. cit, pp 84 y ss.

[7] MULAY ALI HAMADI, Ahmed, “Oralidad en la Sociedad Saharaui”, Ponencia presentada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM,, México, 2009).

[8] VELÁZQUEZ ELIZARRARÁS, Juan Carlos, “Los derechos humanos fundamentales en el Sahara Occidental. Una visión de Relaciones Internacionales”, Ponencia presentada en Conferencia Mundial sobre Multilateralismo y Derecho Internacional: el Sahara Occidental un Estudio de Caso, Universidad de Pretoria, Pretoria, Sudáfrica, 2008.

[9] BADIE, Bertrand y HERMET, Guy, Política Comparada, Fondo de Cultura Económica, México, 1993, pp. 77-82.

[10] DUVERGER, Maurice, Instituciones políticas y derecho constitucional, Ariel, España, 1969, p.234.

[11] Información transmitida por Aminetu Haidar, en conversación informal sostenida con el autor, Embajada de la RASD en Sudáfrica, Pretoria, 6 de diciembre de 2008. Hemos denominado a esta gran luchadora social como “La Voz Femenina de la Rebelión Saharaui”.

[12] DE FROBERVILLE, Martine, Sahara Occidental. La confiance perdue, Editions L’Harmattan, París, Francia, 1996. Revisar en especial el apartado La Paix en Danger, pp. 209 a 239.

[13] HASH, Ahmed, “El español como espacio de encuentro con comunidades hispanoparlantes. Su impacto político”, Conferencia magistral, Embajada de la RASD en México, 2009.

[14] VELÁZQUEZ ELIZARRARÁS, Juan Carlos, La Política Comparada ante las Grandes Pugnas Modélicas, UNAM, México, 2010. Ver el Capítulo VIII El Sistema Político de la República Árabe Saharaui Democrática, pp. 506 a 566.

[15] Velázquez, El Estudio de Caso…, op. cit., pp. 533-534.

[16] Coloquio de los Juristas sobre el Sahara Occidental, Asamblea Nacional, L’Harmattan, 2001. Al respecto, revisar la Ponencia del profesor Claude Bontems: “El derecho de los saharauis a la autodeterminación, recordatorio delos grandes principios”, pp. 37 a 46.

Fuente: embajadasaharauimexico
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El Frente Polisario contra el partido del Pesimismo Nacional Saharaui




por:Haddamon Maoulud Said

La experiencia histórica nos empuja, a los saharauis, a no albergar demasiadas esperanzas sobre la voluntad de la Comunidad Internacional para resolver este conflicto.

Hace ya muchos años que el Consejo de Seguridad declaró, un 6 de noviembre de 1975, que deploraba la marcha verde, pero nadie hizo nada para frenar aquella marcha negra ni, tampoco, aliviar la situación de aquella marea humana que sufría sus consecuencias.

Sin embargo, hoy día, existen suficientes indicios para el optimismo. Sólo en lo que lleva Christopher Ross de mandato se pueden apuntar estos datos:

A).- Muerte definitiva de la propuesta marroquí de la autonomía;
B).- Naturaleza del conflicto: TNA al que es aplicable la Res 1514;
C).- Aparición del tema de los recursos naturales;
D).- Insistencia en los DDHH, con la propuesta americana como estrella.
Lo niegue quien lo niegue, nunca antes, Marruecos, se había sentido tan mal como ahora. El simple hecho de que Mohamed 6 haya osado llamar, en su discurso, a los USA, a clarificar su posición refleja de modo magistral el sentido de estas ideas.

Dos hechos más, cabría añadir: 
Uno.- En lo táctico, Marruecos, ha retirado la confianza al Sr. Ross y, luego, terminó reculando. Después, intentó forzarle a dimitir pero, el Consejo de Seguridad, por unanimidad, dio su apoyo al diplomático americano. Y
Dos.- En lo estratégico, Marruecos, quería que NNUU cambiara la naturaleza jurídico política del conflicto. Para su desgracia, tanto el Informe del Secretario General como la Resolución del Consejo de Seguridad, abundan en que es un territorio pendiente de descolonización.

Todos estos datos, ciertamente, animarían a nuestra opinión pública a albergar mayores esperanzas. Pero frente a la fuerza de estos datos, se alza el ruido y la presencia cuasi constante de una especie de partido político que opera en los Campamentos, en las Zonas Ocupadas y en los Territorios

Liberados. Esta permanente campaña del partido del Pesimismo Nacional Saharaui (El PNS), está destinada a barrer con cualquier vestigio de optimismo en la opinión pública saharaui. ¿para qué? No lo sabemos.

El activismo mediático de los militantes de este partido es tal, que no hay día que no amanece con algún artículo, en la prensa doméstica, que nos invita a no albergar ni la más mínima esperanza y nos hunde más y más en el pesimismo. Más aún, nos animan, sin sonrojarse, a reírnos de la visita de Ross, de la visita de Buldoc, de la Resolución de abril.

El PNS nos invita a ser pesimistas respecto a la solución al conflicto, sin darnos una alternativa a la que agarrarnos. Le basta con sembrar la confusión.

Como buenos profesionales de la política, los miembros y militantes de este nuevo partido, saben explotar, a favor de sus tesis pesimistas, todo evento político y, también, toda fecha de relevancia para el conflicto.

Es tal su habilidad, que aprovechan cualquier cosa para difundir sus tesis pesimistas. Qué tienen en común, sino, la inauguración, por el Presidente de la RASD, de una fábrica de jabones en los Campamentos y la visita de Christopher Ross a la región? En ambas cosas, los militantes del PNS ven y explotan la posibilidad de hundirnos más y más en el pesimismo.

Y, tal y como sucedía antaño, los responsables del Polisario de hoy, se tienen que refugiar en el interior del desierto para alejarse del ruido del partido del Pesimismo Nacional Saharaui, cuyas soflamas inundan la prensa doméstica.

Respecto a abril de 2015, es evidente que el Informe de BKM volverá a ser igual o más contundente que el de abril de 2014. En este punto, está claro que la decisión de BKM de ordenar, a los funcionarios de NNUU y a sus organismos e instituciones, a abstenerse de participar en el Crans Montana Forum, viene a confirmar la idea de que, en contra de lo que pregona Marruecos, BKM no ha dado garantías de nada a Mohamed 6, en su conversación telefónica de finales de enero del pasado mes de enero.

Y en qué ha salido victorioso Marruecos? Con su maniobra de paralizar, durante nueve meses, el trabajo de Christopher Ross, Marruecos, ha diluido la amenaza de BKM sobre la eventualidad de revisar el marco del proceso de negociación fijado por, el Consejo de Seguridad, en abril de 2007. Es decir, muy probablemente, BKM, volverá a pedir al Consejo de Seguridad que le conceda más tiempo para que Ross pueda concluir el trabajo que la parálisis de nueve meses le ha impedido hacer.
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INAUGURADA EN IBERCAJA ACTUR LA EXPOSICIÓN “SAHARA: UN PAÍS DE ARENA”



La exposición fotográfica de Jesús Antoñanzas y Sergio Pastor es un trabajo único que nos presenta la esencia de la Cultura Saharaui. Una combinación perfecta de imágenes de gran belleza con profundos proverbios Saharauis que nos hacen reflexionar sobre los valores y la identidad del Pueblo Saharaui.

Con la presencia de la Delegación del Frente Polisario en Aragón, representantes de la Asociación de Inmigrantes Saharauis en Aragón AISA, de UM DRAIGA, de la Asociación de Vecinos Actur Rey Fernando, del fotógrafo Jesús Antoñanzas y de la responsable del Centro Ibercaja Actur se ha procedido a la inauguración de la exposición, que permanecerá en el centro hasta el 30 de marzo.


Durante todo el tiempo que permanecerá en el centro se realizarán actividades y visitas guiadas, así como recogida de paquetes de arroz para enviar al Campo de Refugiados Saharauis de Tinduf.

El próximo 24 de febrero, a las 19h, habrá una charla con un audiovisual con el tema “No te olvides del Sahara Occidental” en la que participarán el Delegado del Frente Polisario en Aragón, AISA y UM DRAIGA. Se hablará de la situación actual que vive el Pueblo Saharaui, de los proyectos de apoyo y cooperación y del Programa Vacaciones Paz para niños y niñas Saharauis.


Fuente: asoc.umdraiga
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Concierto por el pueblo Saharaui




Un día lleno de emociones para una causa que merece la pena no olvidar, dada la responsabilidad de nuestro país en el asunto. Estamos muy cerca y quizás los medios no le prestan la atención que se merece. Nos encontramos con todos estos niños y niñas pertenecientes al pueblo Saharaui, que habían venido a pasar unos días de vacaciones, lejos del conflicto que diariamente afecta sus vidas. La verdad es que el contraste con el que se encontraron fue bastante fuerte. Nosotros, aunque mal, vivimos con muchos lujos que ellos no han visto en su vida. Evidentemente quedan sorprendidos ante lo que para nosotros es completamente normal. Hicimos el mejor concierto que pudimos e intentamos que participaran de la música. Esperamos haberles dado una tarde de alegría.
Nosotros no esperamos nada de los politicos, pero la concienciación de un pueblo puede hacer cambiar las cosas, obligarles a hacerlo. Es un conflicto que ha marcado muchas generaciones de personas inocentes, si es que alguna vez hubo culpables.
Fuente: morositooficial
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La Asociación Tadamum visitó ayer el centro escolar para mostrar al alumnado el destino de campañas solidarias en las que han participado




Fuente:diariovasco
La de ayer no fue una mañana más en el colegio Dunboa: a la hora del recreo, los alumnos se encontraron con un camión en el patio del centro escolar. Iñaki Oyarzabal, de Lauburu Studio, pintaba con spray el mismo: ciudad, montes y mar que simbolizaban a Irun y Hondarribia; y al otro lado, el contorno de las haimas de un campamento de Tindouf, en Argelia. Ése será el destino de un camión «cargado de esperanza para los campamentos saharauis».

Así lo definió Miren Olaskoaga, miembro de la Asociación Tadamum que impulsó esta iniciativa. La entidad ha contado en múltiples ocasiones con la colaboración del colegio Dunboa. Este sábado 21, por ejemplo, los trailers con todo lo recabado en la campaña de recogida de alimentos saldrán rumbo a Tindouf desde Donostia, incluidas «las veinte toneladas recogidas en Irun», a través de una iniciativa en la que también participó el colegio Dunboa.

Con la jornada de ayer, se pretendía que «los niños vean dónde se transporta todo lo que recogen en las campañas y cómo viaja hasta los campamentos», explicó Olaskoaga. El camión que pudo verse ayer en Dunboa, no obstante, no transportaba alimentos sino material «para abastecer un hospital de mutilados de guerra en Tindouf».

A través de donaciones

Gracias a un llamamiento realizado por Tadamum, el vehículo está lleno «de material de segunda mano, camas de hospital, sillas de ruedas, muletas, medicamentos, ropa aportada por la Fundación Real Sociedad y el club de basket Baskonia... Todo lo hemos conseguido a través de donaciones», concretó Miren Olaskoaga, que han provenido tanto desde asociaciones como desde particulares. Este tipo de convocatorias funcionan como «una enorme tela de araña de solidaridad. Tú lo pones en marcha y se extiende».

Por todo ello, el camión es mucho más que un vehículo: supone el símbolo de las acciones solidarias en las que también ha participado el alumnado del colegio. «Muchas veces, los que colaboran en campañas de este tipo pueden preguntarse '¿Y qué pasa luego con lo que he donado, con mi ayuda?'. Esto sirve para que puedan verlo», explicó Miren Olaskoaga. El colegio acogió positivamente la propuesta de Tadamum para realizar esta acción: «ya llevamos años colaborando con ellos», señaló la jefa de estudios de Dunboa, Idoia Rekalde. «Los estudiantes con los que hemos trabajado en las campañas solidarias han mostrado mucho interés».
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El poeta nacional saharaui Bachir Uld Ali agradece el auge solidario europeo con el Sahara



Fuente. poemariosaharalibre

En declaraciones al Espacio informativo Cultural Poemario Sahara Libre, el poeta Bachir Ali Abderrahaman, hizo llegar este lunes 16 de febrero su agradecimiento al auge solidario del movimiento europeo de apoyo a la lucha del pueblo saharaui y en especial a los amigos de la causa en España.
Bachir dijo en su mensaje dijo “quiero trasladar mis más sinceros saludos de agradecimiento a estos movimientos solidarios amigos europeos aglutinados en los diferentes colectivos asociativos de apoyo a nuestra causa nacional y en especial al pueblo español. A estos movimientos quisiera decirle que el pueblo saharaui volara altamente su activismo solidario con nuestro pueblo, valora sus movilizaciones y esfuerzos para desacreditar la nefasta política marroquí de ocupación que intenta amedrentarnos y tergiversar los cauces de nuestro proceso de descolonización y ocupación”. El histórico poeta nacional saharaui advirtió que la deuda con el Estado español sea como fuera su color político es una lacra que le seguirá persiguiendo ante sus pueblos y ante la historia si no rectifica su traición y reconoce al Estado Saharaui, tras abandonarlo y entregarlo al régimen marroquí.
Llamó a los movimientos solidarios a desplegar sus esfuerzos a fin de presionar sus gobernantes y llevarles al camino justo de respetar el derecho del pueblo saharaui y considerar por encima de cualquier interés político con el régimen de Marruecos. Por otra parte Bachir Ali, llamó al movimiento a seguir con sus movilizaciones para presionar el gobierno español a fin de conceder el asilo al activista saharaui Hasana Aleya y evitar su expulsión o entrega a los tribunales militares marroquíes que lo condenaron a cadena perpetua. También advirtió, “no debéis olvidar que nuestros hermanos en los territorios ocupados son objeto de violaciones y víctimas de una feroz monarquía medieval que no respeta el derecho civil de las personas y que impunemente sigue diariamente secuestrando, encarcelando y persiguiendo nuestros compatriotas en su propia patria”.
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EL MINISTRO SAHARAUI DE COOPERACIÓN INICIA EN GRAN CANARIA UNA GIRA EN BUSCA DE APOYOS POLÍTIC

Brahim Mojtar en una imagen de archivo.

Fuente: eldiario.es
El ministro de Cooperación de la República Árabe Saharaui Democrática, Brahim Mojtar, ha iniciado en Gran Canaria una gira en busca de apoyos políticos que contribuyan en la búsqueda de una solución pacífica para el pueblo saharaui.
“Es una gira por diferentes comunidades de España para recabar apoyo no solo material, sino político, moral, en el sentido de contribuir en buscar esa solución pacífica que permita al pueblo saharaui poder expresarse libremente y decir qué es lo que quiere para su futuro”, destacó Mojtar en su visita a la Isla donde se ha reunido con el consejero insular de Cooperación Institucional y Solidaridad, Antonio Hernández.
Así, cuestionado por el proceso, apuntó que este lunes el representante de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (MINURSO) Christopher Ross “está hoy en los campamentos de refugiados, ya visitó Marruecos, llegó el sábado, ayer estuvo reunido con la delegación del Frente Polisario, hoy lo recibe el presidente -de la República Árabe Saharaui Democrática- Mohamed Abdelaziz”.
Añadió, en declaraciones a los medios, que “es importante” esta visita, ya que recordó que “Marruecos ha bloqueado al señor Ross, a la presidenta de la MINURSO”, por lo que indicó que durante nueve meses ha habido “muchas presiones” sobre Marruecos para que Ross puede iniciar su gira por la región y convocar, en el plazo “más breve posible”, una quinta convocatoria entre las dos partes en conflicto.

Colaboración en proyectos

Por su parte, el consejero insular de Cooperación destacó la visita porque, dijo, era “importante poner en valor no solo el compromiso del Cabildo sino también todos aquellos proyectos” humanitarios que se llevan a cabo en los campos de refugiados.
En relación a los proyectos en los que colabora el Cabildo de Gran Canaria, apuntó que se sigue apostando por “un clásico”, como son las Vacaciones en Paz de niños saharauis, que pasan los veranos con familias grancanarias. Así como citó el deSahara sobre Ruedas que tiene que “ver muchísimo con personas con discapacidad, con personas que viven en el Sahara y que tiene problema de movilidad en los propios territorios”.
Agregó que Cooperación continúa con la misma partida que en 2011, destinando unos 400.000 euros a proyectos repartidos por diferentes partes del mundo, y de esta cantidad unos 12.000 euros es para la acción de Vacaciones en Paz y entre 15.000, 20.000 euros para proyectos que tienen que ver con la movilidad.
Finalmente, el consejero abogó porque “siempre” se cumpla la Resolución de Naciones Unida y “todo lo que a derecho le está interesando a esta zona del Sahara.
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